Tenemos que reflexionar. . .
Este octubre ha sido un mes trágico, tres inesperadas muertes en
sendos trails nos recuerdan que esto no es un juego: Una hipotermia, un
infarto y una caída. No somos indestructibles y estas carreras que
tanto sentimos, transcurren por un medio tan hermoso como hostil. Y no
hablo solo de competir, hablo de salir a la montaña con la intención de
pasar una jornada o varias jugando tanto con nuestro cuerpo como con el
entorno. Y digo jugando porque al fin y al cabo, esto es una manera de
disfrutar de algo tan fascinante como es buscarnos a nosotros mismos,
como es conocer cosas tan básicas como respirar, aunque muchas veces
para ello tengamos que experimentar el límite. No debemos dramatizar las
muertes, ni juzgar los hechos que han llevado a ese estado, cuando en
todo momento se ha sido consciente de los riesgos.
Riesgos…
Realmente son todos, empezando desde nuestra anatomía acabando en la
climatología. Está claro que ir a la montaña tiene muchos riesgos ya de
por si. La orografía y la climatología
pueden convertir un paseo por el campo en una verdadera batalla con los
elementos. Si a esto añadimos que el deporte que practicamos consiste
en transitar por la montaña a mayor velocidad que un simple paseo,
estamos aportando más componentes, como son la velocidad, la atención y el cansancio.
El ir a mayor velocidad en terreno más o menos técnico implica que el
riesgo de caídas sea mayor, y tengamos que prestar más atención creando
un círculo en el que el cansancio sería fundamental, a menos cansancio
más atención. Además cuanta más velocidad más reducida será la
equipación que se porta para así reducir peso, lo que significa que
muchas veces nos adentramos en la boca del lobo, sin tener los recursos
básicos para superar ciertos peligros. También está claro que hay un
riesgo básico y es saber o conocer nuestra condición física
y ser conocedores de nuestras limitaciones, y con esto no quiero decir
que haya límites, que básicamente los ponemos nosotros, si no que estos
limites hay que trabajarlos.
Arriesgar…
Una vez que somos conocedores de estos riesgos, somos los que tenemos
que valorar que hacemos con nuestras vidas, y que arriesgamos además de
estas. Tenemos que seguir una progresión, educar nuestros cuerpos y
mentes, ser responsablemente irresponsables. Veo importante tener una
comunicación directa con nuestros familiares y amigos. Muchas veces es
muy difícil explicar el porque nos jugamos las vidas, pero consiguiendo
expresar nuestros sentimientos, emociones, buscando una empatía con el
comunicado muchas veces podremos conseguir que en situaciones extremas,
esos "queridos", esas personas, puedan entender el por qué de estos
actos “egoístas”, ya que en parte de una manera u otra jugarse la vida,
es un acto egoísta.
Con estos dos puntos, me gusta reflexionar y pensar que todos los que
nos metemos en el monte somos conscientes de muchos de estos puntos.
Conscientes de que correr 100 Km en Pirineos (p.e.) es arriesgado, que
se necesita una forma física básica, que hay que saber retirarse, que
muchas veces la altura hace daño, que las temperaturas pueden bajar, que
nuestros corazones son músculos, que al igual que se tiene una
contractura en un gemelo, se puede tener en el corazón, que cuando
estamos cansados y nos faltan calorías el cuerpo reduce la temperatura
corporal, que el tiempo cambia bruscamente y radicalmente, que puede
haber terreno técnico.
Para organizadores y federaciones…
Los accidentes no son evitables, pero si pueden ser minimizados en competiciones. Las organizaciones tienen que prestar mucha atención en varios puntos como son los partes meteorológicos, el marcaje y rutas de evacuación. Es importante tener una buena comunicación con los corredores y hacerles saber por activa y por pasiva con la mayor exactitud posible la meteorología para los días del evento, teniendo en cuenta los previos, por supuesto, y tener un reglamento con un material mínimo y adecuado para transitar por las zonas sujeto a modificación según meteorología. Con esto quiero decir que si la probabilidad de lluvias es muy alta, y se transita a cierta altura, la organización debe informar el cambio de cortavientos, por impermeable por ejemplo, o de gorra por gorro. Esto evitaría muchos daños y retiradas innecesarios. El marcaje es muy importante, hay que tener mucho cuidado a la hora de marcar, sobre todo en días con una meteorología inestable, una pérdida puede suponer más tiempo bajo las inclemencias y podría agravar situaciones inestables. Y por último tener circuitos alternativos, así como vías de evacuación claras y medios suficientes para cubrir retiradas masivas, o incidentes repetitivos.
Luego algo dificil de valorar, y simplemente una pregunta es casi la
respuesta. Yo, como organización, cual es el número máximo de
participantes que puedo soportar?
Las federaciones de montaña pueden jugar un papel muy importante a la hora de prevenir incidentes. Sería interesante que a la hora de contratar una licencia federativa fuera necesario pasar un reconocimiento médico
como se hacen en otras federaciones, y así aislar posibles casos en los
que se puede poner en riesgo durante una competición la salud del
corredor. Además de este modo los corredores no tendría que ir a muchas
carreras con su certificado médico en la boca previo pago de una
cuantiosa cantidad, ya que el ser federado directamente certificaría que
uno está en cualidades para afrontar cualquier reto que la federación
contemplase, incluso podrían contemplarse limitaciones dentro de la
federación para aquellas personas que no puedan hacer una actividad pero
si otra.
Mi conclusión…
En la vida elegimos como vivir, yo he elegido, pero no podemos elegir ni
como ni cuando morir básicamente. Y si elegimos arriesgarnos tenemos
que hacerlo responsablemente, sabiendo los riesgos y consecuencias.
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